Nueva carta de verano en el restaurante Hostal Sport del Priorat
Calidad, proximidad y temporada. Son los tres pilares de la cocina que elaboramos en el restaurante Hostal Sport del Priorat. Cocina catalana en constante evolución. Con el buen tiempo, hemos incorporado a la carta platos de primavera-verano. Hace días que los servimos pero no los habíamos comunicado todavía y por eso queremos ahora compartir algunas de las especialidades de la casa.
Frescura al plato, para acompañar con vinos tintos jóvenes o vinos blancos y rosados o espumosos o cavas que nos hagan pasar un buen momento y nos alimenten cuerpo y alma.
Como entrantes, la carta gastronómica del restaurante incluye sopa fría de pan con tomate y fresa, langostinos y aguacate, también la ensalada de melón, sandía, queso feta y vinagreta de menta, la ensalada de habitas salteadas con jamón y menta fresca o la de patata con bacalao, tomates de verano y aceite de picada. No desaparece pero uno de los clásicos: el arroz de calamar y gamba roja de la costa de Tarragona, un plato que siempre triunfa, sea día festivo o no, o el arroz de sepia, rape y alcachofa.
Del mar, con el buen tiempo, servimos bacalao de verano y lo cocinamos con aceite de cítricos, albahaca, menta y espinacas. También mantenemos el pulpo a la parrilla con patata asada y romesco o el pescado del día al horno con patata, cebolla y refrito de ajos. Otro clásico que nos gusta recomendar algunos de los vinos blancos que tenemos en el Priorat.
En cuanto a las propuestas clásicas de la casa, para la época de verano, proponemos el meloso de ternera acompañado con berenjena, queso ahumado y salsa de vino tinto del Priorat. Es uno de los guisos más emblemáticos que hay que probar y saborear con un vino de añada vieja, DO Montsant o D.O.Ca Priorat. La elección es del comensal, siempre, pero si nos pide sugerencias, lo haremos.
A los postres, incorporamos el requesón con miel con croqueta de piñón y helado de frambuesa. Sin dejar de lado, los dulces de casa como la tradicional crema catalana caramelizada con carquinyolis, el “menjar blanc” con crujiente de chocolate, crumble y lima o la tatin artesana con helado de vainilla. Bueno, y también el membrillo con queso de oveja del Tormo o la piña a la vainilla con helado de iogurt y piel de lima. Unos postres frescos, de proximidad y siempre de temporada y calidad.